Hay algo en el simple acto de escribir un diario que siempre me ha reconfortado. Ha sido mi herramienta de referencia para la reflexión, una forma de procesar los altibajos de trabajar en la sala de emergencias. Pero admito que no siempre acompañaba mi diario con una escena tranquila o una música suave. Ese hábito evolucionó con el tiempo y, una vez que descubrí su magia, todo cambió.
Todo empezó una noche, después de un turno especialmente duro. El caos de la sala de emergencias todavía resonaba en mi mente, incluso mientras estaba sentada en mi sillón favorito de casa. Tenía el diario abierto sobre el regazo y un bolígrafo en la mano, pero no podía concentrarme. Mi mente estaba llena de pensamientos y emociones que no había tenido tiempo de procesar mientras estaba trabajando. Necesitaba algo que me ayudara a relajarme, que permitiera a mi cerebro bajar el ritmo para poder escribir con libertad. Así que, casi instintivamente, puse música instrumental suave (algo suave, sin letra que me distrajera) y encendí una vela cerca.
El efecto fue inmediato.
La música parecía envolverme como una manta cálida y la luz parpadeante de las velas creaba una atmósfera suave y relajante. Mi respiración se hizo más lenta y, antes de que me diera cuenta, las palabras empezaron a fluir. Ya no se trataba solo de escribir, sino de una práctica meditativa. Volqué mis pensamientos en la página, dejando que las emociones del día salieran a la superficie sin contenerme. La tensión de mi cuerpo empezó a desaparecer y me sentí más ligera con cada palabra que escribía.
Esa noche, me di cuenta de lo poderosa que podía ser esta combinación: llevar un diario, acompañado de música suave y una escena tranquila, no era solo una forma de reflexionar. Era una forma de cuidarme a mí misma, una manera de calmar mi mente y mi cuerpo después de un día largo y estresante.
A medida que convertí esto en una rutina, noté cuánto más fácil me resultaba procesar mis emociones. La música me ayudó a concentrarme, creando una especie de claridad mental que no existía cuando intentaba escribir en silencio. Bloqueó las distracciones y me permitió sumergirme por completo en el acto de escribir. Me sentí más presente, más consciente. Y descubrí que, con el tiempo, mejoré no solo en reconocer mis pensamientos, sino también en comprenderlos.
Hay algo increíblemente terapéutico en crear este tipo de entorno para uno mismo. Como enfermera, he visto de primera mano cómo el estrés puede afectar la salud mental y física. Para mí, este ritual se convirtió en una forma de combatir ese estrés. La atmósfera pacífica que creé, ya sea un fuego crepitante en invierno o una suave brisa a través de una ventana abierta en verano, me ayudó a relajarme. Y el diario me permitió procesar mi día, dejar atrás los momentos difíciles y apreciar los positivos.
Cuanto más lo hacía, más me daba cuenta de lo transformadora que podía ser esta práctica para cualquier persona, no solo para las enfermeras. Por eso me apasiona tanto compartir este proceso con otras personas a través de mi canal de YouTube , Harper Ease, y mi sitio web, www.HarperEase.com . He creado videos de imágenes guiadas y pistas musicales relajantes para ayudar a las personas a encontrar sus propios momentos de calma, alentándolas a combinar el diario con un entorno tranquilo, tal como lo hago yo.
Llevar un diario, especialmente si se combina con música suave y una escena relajante, es más que escribir. Es una forma de bajar el ritmo, reflexionar y sanar. Y en el mundo acelerado de hoy, todos necesitamos un poco más de eso. Así que, la próxima vez que te sientes con tu diario, prueba a añadir una melodía suave y crea tu propia atmósfera de paz. Te sorprenderá lo mucho más centrado que te sentirás y lo mucho más profundas que pueden llegar tus reflexiones.
Para mí, se ha convertido en un ritual sagrado, un espacio donde puedo dejar atrás el caos del día y reconectarme conmigo misma. Y espero que, al compartir esto con otras personas, pueda ofrecer la misma sensación de paz y claridad. Y es por eso que soy una gran defensora de escribir un diario con música suave y un entorno tranquilo.
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